Y… empezó el Ateneo Rural… nueva aportación.

 

Pablo amplia el pequeño resumen que hice….

ateneo.

(Del lat. Athenaeum, y este del gr. ᾿Αθήναιον, templo de Minerva en Atenas).

1. m. Cada una de ciertas asociaciones, la mayor parte de las veces científicas o literarias.

2. m. Local en donde se reúnen estas asociaciones.

 

rural.

(Del lat. rurālis, de rus, ruris, campo).

1. adj. Perteneciente o relativo a la vida del campo y a sus labores.

2. adj. Inculto, tosco, apegado a cosas lugareñas.

 

Creo que no pudimos encontrar mejor manera de empezar con el Ateneo que invitando a Pablo en la primera sesión.

Pablo Herrero, ingeniero técnico agrícola con más de trece años de experiencia en el sector agrícola y seis en su finca 3mundos de Santander, ha construido una especie de fórmula muy detallada de como, en su opinión, hay que plantearse y acometer las acciones necesarias para que una idea o proyecto relacionado con la agricultura ecológica se pueda desarrollar y que llegue a un punto, digamos “estable”.

La primera sensación que tuve al estar leyendo su libro, fue casi de iluminación; al menos pensé: “ya podría haber tenido entre mis manos este libro hace quince años”. Y es que el libro en cuestión,”Más allá de la agricultura ecológica”, lo he dicho antes ya, y no me cansare de repetirlo aunque resulte pesado, es algo parecido a una guía teorico-práctica de como hacer las cosas bien desde el principio para que una motivación por hacer algo relacionado con la AE no acabe, como en muchos casos que he conocido, demasiados quizás, en un autentico y triste desastre.

Ademas me ha servido para entender mejor a muchos de los autores que han ido dando forma a mi propia experiencia en la agricultura, Steiner, Fukuoka, Mollison, Pfeiffer, Altieri o incluso Columela, entre otros tantos.

Pero todavía me animo más y digo, a pesar de que pueda parecer excesivo, que “el método” que Pablo nos propone es un todoterreno y nos puede servir para muy diferentes ámbitos de la vida y no sólo para la agricultura.

Resumiendo mucho su intervención en el Ateneo y su magnifica jornada del sábado en la que amplió conceptos y llegó a hechos más concretos, podríamos decir que la base de todo esta en diferenciar bien, y no anteponer una a la otra, la iniciativa individual (o local) y la iniciativa común (o global).

Digamos que la naturaleza pone en marcha los dos “procesos”:

El Global:

SILVESTRE,  donde no encontramos con una serie de elementos en bruto.

DIVERSIDAD, una interminable diversidad en supuesto equilibrio.

CRECIMIENTO Y VIGOR, una fuerza imparable por reproducirse y sobrevivir.

CANTIDAD

De este proceso global surgen relaciones; este proceso es el que nos viene “dado” por la naturaleza.

El individual.

EVOLUCIONAR

FERTILIDAD

CALIDAD

Desde este proceso es desde donde a surgido el progreso, la civilización; como dijo Punset “la comida es la base de la civilización” y por consiguiente la agricultura es la verdadera base, ya que a partir de la domesticación de los cultivos y la producción de alimento es desde donde a surgido toda nuestra civilización. ¿Porque ha acabado siendo la agricultura a lo que menos importancia se da de la civilización?… aqui hay debate para rato, lo dejaremos para la próxima sesión.

La interrelación de estos dos procesos, entonces, son los que han hecho posible la sociedad humana tal y como la conocemos.

¿Cual es el problema? ¿A que se debe la situación actual de crisis a todos los niveles?

Según Pablo, y según la somera interpretación que estoy haciendo aquí, todos los problemas vienen por la falta de una finalidad, o quizás por que esa finalidad no sea la correcta.

Dicho esto, ¿que hacemos ahora con el Ateneo?

¿Con que finalidad lo hemos puesto en marcha?

¿Que iniciativas individuales seran las que necesitamos para llegar a conseguir esas relaciones, que a su vez se convierten en una sociedad?

NO NOS QUEDA NADA!!

 

 

La finalidad que define para sí una persona es algo del más alto nivel y debe ser algo íntimo y personal.  Será la vida la que actualice esa finalidad con el paso del tiempo, ajustándola a las posibilidades reales.

Para que algo entre personas funcione no es necesario compartir una finalidad, sino la manera de conseguirla. Aquí nace el apoyo mutuo necesario para que cada uno alcance la suya, sea cual sea, esto se llama Fraternidad y es algo diferente de la Cooperación.

En un sentido natural o tal como se muestra primariamente en la naturaleza la Cooperación es algo que ocurre sin intervenir la voluntad consciente de los individuos, diferente es la Fraternidad que es necesariamente un acto consciente.

Cuando actuamos conscientemente con la intención de cooperar surge la idea del beneficio, es decir, la obtención de algo más a lo conseguible individualmente. Como idea nace necesariamente del interés por obtener ese beneficio extra, con lo que nunca puede ser desinteresada. De aquí solo puede surgir un reparto o compensación de lo alcanzado o un compromiso beneficioso, aunque esto resulte incómodo. Por este motivo, la Cooperación aplicada conscientemente es algo netamente económico, nos guste o no, y debe ser regulado por el dinero como unidad de cambio de valores, o, si se quiere, por cualquier intercambio de productos.

Diferente es cuando a cualquier actividad de intercambio o aporte de fuerzas entre personas le añadimos la idea consciente de Fraternidad, es decir, “comparto este esfuerzo para que puedas alcanzar tú finalidad”, aquí no necesitas compensación ni reparto, lo que surge es algo así como una cadena de apoyo mutuo, donde damos y recibimos a cada momento a través de la acción consciente.

Si queremos alcanzar una economía saludable, a mi modo de ver, tenemos que utilizar el instrumento económico de la Cooperación con la idea de Fraternidad. Es por tanto la finalidad un ámbito exclusivo de la Fraternidad.

En la interrelación de los procesos individual y global descritos en “más allá de la agricultura ecológica” la Fraternidad es del ámbito de la fuerza individual y la Cooperación del ámbito de la global. Sin embargo, la finalidad “individual” es lo primero en el proceso de arranque de nuestra actividad, toda relación global habrá de nacer de ahí. 

Entonces, la Cooperación es algo que se revela a posteriori y a través de encontrar relaciones a cada paso en nuestro avance individual. Por ese orden las relaciones son acordes a nuestra finalidad, por lo que no necesitamos compensación, ya que con seguridad cada vez estamos más cerca de conseguirla. Con ello la Fraternidad también da un salto cualitativo ya que se vuelca en el mundo allí donde hace falta una compensación, equivalente a lo que he ganado en mi avance.

En este “segundo nivel” de Cooperación y Fraternidad es cuando pasamos de la idea al hecho, consiguiendo construir a cada paso, una sociedad justa, saludable, estable y duradera, hecha a nuestra mano de una manera consciente. 

En este “segundo nivel” es cuando la economía del capital es un instrumento maravilloso cumpliendo una función necesaria en la regulación del organismo social. Todos de alguna manera tenemos que practicarla en todo momento, aprendiendo a trabajar en este nivel.

Lo habitual hoy en día es mezclar Fraternidad y Cooperación en una fórmula no diferenciadora, en la que la buena voluntad queda trabada en un continuo conflicto. Tenemos, entonces, que saber diferenciar en todo momento entre Fraternidad y Cooperación, y no mezclarlas, solo así podremos recuperar la actividad económica legítima dentro de la actual sociedad y proyectar ésta hacia lo que realmente queremos desde nuestra íntima libertad.

Si qué, entonces, podemos plantearnos una estructura que se adapte a estas cuestiones para facilitar el desarrollo de nuestras finalidades. Todo depende tan solo de Tú finalidad, las posteriores relaciones te revelarán el camino.

Pablo Herrero Calva