Premio especial a la visión y la innovación.

Con este texto de Pedro Ballesteros, el jurado de los International Wine Merchant Awards ha concedido el Premio especial a la visión y la innovación 2018 a todo un concepto que tiene su germen en la Granja Cando. Sus emotivas palabras reflejan y sintetizan la mayoría de los valores de este organismo, entre otros: la cooperación, el conocimiento, el respeto por el territorio y el desarrollo equilibrado de las gentes del medio rural.

 

En este mundo nuestro tan ajetreado e inmediato, tan asustado de la complejidad y los largos plazos, parece que la innovación tenga que referirse a acciones y productos que impresionen de modo obvio, que se toquen, que se midan con indicadores numéricos.

Las gentes del comercio y de la bodega y los fabricantes de cosas tienen todas las papeletas para llevarse reconocimientos. Nada mas injusto y perverso. La humanidad ha avanzado gracias a la cooperación discreta y delicada de gentes que entendieron la diversidad, que supieron que los primeros esfuerzos serian recogidos en tiempos muy posteriores, que se sintieron parte de un todo, tan vivo y cambiante como permanente en su esencia, más que protagonistas de algo.

Este jurado ha decidido dar el premio de este a año a alguien que ejemplifica esa actitud intemporal y generosa, ese afán por comprender mejor una tierra y unas plantas, de actuar sobre ellas con respeto y con prudencia, de avanzar poco a poco compartiendo lo aprendido. Alguien que es un premio para los que viven donde él trabaja.

Ricardo Pérez Palacios es uno de los redescubridores del Bierzo, esa zona tan única y diversa al mismo tiempo, querida hace milenios y olvidada durante siglos. Es la personalidad callada detrás de alguno de los vinos más exclusivos del mundo, estandarte de excelencia en nuestro país.

Ricardo es también hombre que entiende que, en el mundo de la viña, soledad y competitividad equivalen a muerte. Sabe que lo bueno perdurará sólo si lo adoptan las gentes del territorio, que no tiene sentido ser el mejor, sino ser bueno entre buenos. Ricardo se ha dedicado en cuerpo y alma a compartir lo que aprende, a ayudar a sus vecinos. Poco a poco, sin estridencias ni aparatos, Ricardo ha sido crucial en cambiar el paisaje social de un gran viñedo.

El elemento final que ha motivado la decisión del jurado ha sido su paso del viñedo a la región, su decisiva contribución a hacer del Bierzo la denominación más ambiciosa y auténtica en el reconocimiento y respeto del terroir. Lo ha hecho de un modo ejemplar, sin dejarse cegar por sus propios intereses, teniendo la imagen de todo el territorio, con generosidad coherente. Mientras que otros claman las clasificaciones de zonas según su propia conveniencia y a menudo buscando reforzar su posicionamiento en el mercado, mientras casi todos asocian el terroir a la bodega, El Bierzo es la única Denominación de Origen española que permite una figura tan obvia como casi escondida, la del viticultor de calidad, el que vende uvas sublimes a quién mejor sepa pagar.

Eso es una revolución en este país nuestro en el que el campo nunca tuvo poder político, este país que no hace vinos baratos, sino que compra uvas baratas, lo que es la antítesis de la creación de riqueza. Los países de campo rico y poblado, en Francia, Italia, California, son países de uva cara. Poner en la cúspide de la calidad en España una región que valora sus uvas antes que su vino es, por fin, poner a España en ese primer mundo.

Pedro Ballesteros

IWCMA2018

http://iwcmerchantawards.es

 

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