Hablando largo y tendido sobre educación y medio rural

En la última jornada del Ateneo tuvimos como invitada a Sonia Fernández. Sonia es profesora de Plástica en el IES Santa Cristina de Lena (Pola de Lena Asturias) pero además es la autora de dos pequeñas joyas en forma de cortos, Piquinu y Tiempu de Medrar, en los que a través de la mirada de dos de sus estudiantes se refleja ese diálogo/tensión entre lo rural y lo urbano en ese periodo tan crítico en la construcción de la identidad personal que es el tránsito entre la infancia y la adolescencia. Antes de seguir leyendo aquí tienes las dos piezas.

Después de la proyección Sonia nos desveló alguna de las claves del rodaje y sobre todo, resolvió alguno de los  interrogantes que quedan en el aire sobre sobre la vida de sus dos protagonistas lo que sirvió de antesala a un entretenido y prolongado debate en el que vimos medrar ideas y puntos de vista muy diversos. Desde docentes que desarrollaban su labor profesional en centros educativos situados en medio rural (Bierzo, La Cabrera), pasando por madres y padres con hijos en edad escolar, promotoras de una iniciativa de educación libre en El Bierzo y personas que hacía tiempo que no poníamos el pie en la escuela pero interesados igualmente en el tema.

Aarón, protagonista de Piquinu, preparando a su perro para salir al monte

Comenzamos valorando la percepción que los jóvenes y las familias tienen del medio rural para llegar a la conclusión de que estos chavales manejan unos referentes y construyen su identidad alrededor de un modelo claramente urbanocéntrico reforzado tanto por los medios de comunicación como por la influencia del grupo de amigos y de su entorno familiar tal como quedó patente en las historias personales de Aarón y Cristian,  los protagonistas de ambos cortos.  Una de las cosas que más llamaron la atención fueron la autonomía e independencia de los dos protagonistas que contrasta con la sobreprotección a la que sometemos a nuestros menores hoy en día.

Esto no fue siempre así y con Cano, antiguo director del Colegio Rural Agrupado de Corullón echamos la vista atrás para conocer como en los años 80, en plena efervescencia de los movimientos de renovación pedagógica liderados por los propios maestros y profesores,  se habían llevado a cabo experiencias en medio rural que en la actualidad no dudaríamos en etiquetar como innovación educativa y que sin embargo quedaron relegadas a un segundo (o tercer) plano en ese proceso de creciente burocratización, uniformización y obsesión por los resultados que ha venido caracterizado la política educativa en estas últimas décadas.   Otro elemento de esta uniformización son los procesos de marginalización y abandono de lenguas minoritarias en determinadas zonas del estado. Bierzo, La Cabrera, Asturias entrarían dentro de este saco ¿no? Es un gustazo escuchar a Cristian y Aarón expresarse con total naturalidad en su lengua materna, el asturiano.

Cristian, protagonista de Tiempu de Medrar trabajando en su huerto.

Quedó patente la necesidad de articular desde lo rural una alternativa al modelo urbanocéntrico que actualmente monopoliza el discurso educativo. No en vano muchos coincidimos en la necesidad de destacar el potencial más que probado de la escuela rural como laboratorio de experimentación pedagógica gracias a  características de estos centros tales como su pequeño tamaño y a la facilidad para acceder e implicar a la comunidad local en sus actividades.

A modo de conclusión creo que Roser Boix da en el clavo cuando en su excelente artículo “Escuela Rural y Territorio: Entre la desruralización y la cultura local”  afirma  “El progreso de la escuela rural (y, junto con ella, la de los demás servicios educativos rurales) debe estar estrechamente relacionado con planes de desarrollo integral del territorio y con la plena colaboración y participación activa de la comunidad”. El mejor ejemplo de esto que yo he visto recientemente es sin duda la iniciativa Incredible Edible en Todmorden, un pequeño pueblo de Yorkshire, una auténtica revolución alrededor de la producción y consumo de comida local en la se implican Educación, Comunidad y Empresas Locales.   Quizás con esta y con muchas otras ideas que se quedaron en el tintero tengamos material más que suficiente para que el Ateneo acoja en un futuro otra sesión sobre este tema.

+ info sobre los dos cortos de Sonia

Piquinu
Tiempu de medrar

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